Napoleones, besitos y borrachos, los sabores que marcaron una época vuelven a las panaderías artesanales en el Mes de la Nostalgia
- anaclarapaz78
- 15 ago
- 3 Min. de lectura
El Centro de Panaderos impulsa durante el mes de agosto una campaña de la nostalgia para el recuerdo, con la reincorporación de tres productos discontinuados de la panadería tradicional uruguaya
Montevideo, 15 de agosto de 2025. En agosto, la nostalgia no se reduce a una sola noche, es un mes entero de emociones, sabores y recuerdos que regresan. Con ese espíritu, el Centro de Panaderos del Uruguay (CIPU) presenta su campaña institucional de agosto, que trae de vuelta tres clásicos de la panadería tradicional uruguaya: napoleones, besitos y borrachos.
Desde el 11 al 31 de agosto, las panaderías artesanales de CIPU adheridas a la campaña ofrecerán estas especialidades que marcaron una época y que muchos uruguayos recuerdan con afecto desde su infancia. Ya son más de 40 panaderías adheridas en diferentes departamentos (Montevideo, Canelones, Cerro Largo, Lavalleja, Río Negro y Soriano).
“Si bien algunas panaderías todavía conservan uno o dos de estos productos, son casos aislados, y la mayoría de los clientes más jóvenes ni siquiera los conocen. Por eso quisimos darles una nueva oportunidad, al menos por unos días, y sentimos que el Mes de la Nostalgia era el momento ideal para hacerlo”, señaló Jorge Fernández, presidente del Centro de Panaderos del Uruguay (CIPU). “Para las panaderías con décadas de historia y varias generaciones familiares en el barrio, fue muy emotivo volver a elaborarlos. Y para los más nuevos, significó un verdadero desafío y una oportunidad de descubrir recetas y sabores que forman parte del patrimonio panadero del país”.
"Las panaderías de barrio vuelven a hornear recuerdos", dice el lema de la campaña, que invita a revivir aquellos sabores que solían elegirse en el mostrador con el dedo, esperar con ilusión como postre o disfrutar en la hora de la merienda.
Para garantizar la correcta elaboración de estas recetas tradicionales, el CIPU organizó una clase demostrativa en su Instituto Tecnológico del Pan (ITP) con panaderos de todo el país, transmitiendo el conocimiento y los secretos de estos productos que fueron quedando en el olvido, pero que hoy resurgen con toda su historia.
Los productos de la Nostalgia
Los bizcochos borrachos (conocidos simplemente como borrachos) son una masa de repostería puesta en remojo en un almíbar mezclado con un licor (ron, brandy, vino dulce, licores de frutas), que en Uruguay se caracterizan por su color rojo intenso. Este dulce que, según varias fuentes, surgió en España a fines del siglo XIX, tiene diferentes variantes por la península ibérica y en varios países de Latinoamérica. Llegó a Montevideo entre fines del siglo XIX y principios del XX, de la mano de inmigrantes franceses y españoles que fundaron confiterías históricas. Durante décadas fue protagonista de vitrinas y bandejas de masas finas, asociado a celebraciones familiares y meriendas en cafés y confiterías. Aunque en versiones modernas el alcohol se ha reducido, el borracho conserva su identidad: es un postre que remite a la tradición, al sabor de las recetas artesanales y a una época dorada de la confitería montevideana.
Por su parte, los napoleones, esas galletitas similares en forma e ingredientes a las famosas galletas navideñas de jengibre europeas, pueden deber su nombre al emperador Napoleón Bonaparte o a una deformación de la designación de “napolitana” de su receta original. Las fuentes históricas son escasas y, como sucede con la historia de las comidas en general, no hay un pastelero o pastelera identificado como su creador.
Sin embargo, los napoleones tienen presencia en el legado cultural de la panadería uruguaya y eso quedó plasmado en una anécdota narrada por el escritor Milton Schinca en su libro Boulevard Sarandí, donde relata que el propio presidente Joaquín Suárez, durante la Guerra Grande a mediados del siglo XIX, solía recorrer las calles para comprar sus napoleones —que costaban un cobre— y los iba comiendo por el camino.
Los besitos son quizá los menos populares pero los más clásicos en su preparación, son de la familia llamada “bizcocho de soletilla” o ladyfinger en inglés, y la receta básica nació en la corte de Saboya (región entre Francia e Italia) hacia finales del siglo XV. Según los registros históricos, se crearon para agasajar al rey de Francia cuando visitó la corte y gustaron tanto que se difundieron por toda Europa.
El bizcocho era muy liviano porque se elaboraba con huevos batidos (sin levadura química, que todavía no existía), azúcar y harina, aprovechando solo el aire incorporado al batir para que suba. Esto lo hacía perfecto para postres en capas, ya que absorbía almíbares y licores sin deshacerse. Los besitos son la variante más pequeña y en el pasado eran la opción más escogida por los niños como golosina para la merienda.
Los nostálgicos de estos productos y quienes se animen a probarlos por primera vez, podrán encontrarlos en las panaderías identificadas con el logo de la Nostalgia. en el mapa de la web del CIPU: https://cipu.org.uy/web